Mi confrontación con la docencia

Mi confrontación con la docencia

Soy Lic. en Derecho y C. jurídicas y al poco tiempo de recibirme, un compañero de generación me comento que solicitaban docentes para el área de derecho en una universidad privada y después de pensarlo mucho acepte; pues cuando fui alumna, nunca me gustaba dar clases, me ponía muy nerviosa así que al principio me preocupaba no poder cumplir con los objetivos de la materia, pues en cierta forma podía tener los conocimientos pero no la pedagogía y esa era mi mayor preocupación; meses después me case y ya no trabaje por 10 años, fue hasta el 2006 que reinicie mi actividad como docente, de una forma más madura, más segura y con otra actitud mucho más positiva, ahora no me la creo, disfruto tanto estar frente a grupo, organizo actividades que van dirigidas hacia todos los grupos de ese semestre aunque yo no sea la maestra de la materia, me organizo con todos los de la academia para llevarse a cabo, me quedo fuera de horario o voy lo sábados si es necesario en fin, no siento que me pese este trabajo, pues se de antemano la responsabilidad que conlleva el ser docente, pero está llena de satisfacciones sobre todo cuando te encuentra a un alumno que ya terminó y es un hombre responsable que continua estudiando y que va por muy buen camino; o haces de alguna forma recapacitar a algún alumno para que entre a clases, que no desperdicie el tiempo o que no deje el semestre por que el piense que no puede.
Gracias a Dios algunos han caído en cuenta que tiene la capacidad para pasar el semestre, solo hay que tener actitud para ver los problemas como retos y disciplina, pues esta es la base del éxito.
Yo pienso que no hay motivos porque sentirse insatisfecho, pues si por alguna razón no logro que todos los alumnos aprovechen la educación que se les está dando, no puedo decir que fracasé, puesto que con un alumno que haya hecho recapacitar ya es ganancia. Los invito, y aliento a continuar estudiando a que vean las ventajas que les ofrece la preparación académica, pero la decisión finalmente es de ellos. Cuando algún alumno se me va de las manos por así decirlo, deseo de todo corazón que sea dirigido por otras mejores manos que puedan guiarlo.